A veces me sorprendo de lo que es capaz un poco de maquillaje y un brillo de labios. Tengo comprobado que lo mejor para subir el ánimo un lunes, después de un fin de semana encerrada en casa, es una ducha, un poco de maquillaje engañoso, de ese que se nos ve buena cara, gloss y un día de sol.
A veces me digo que tengo que vivir mi vida con los ojos abiertos, sin pasar por alto ningún detalle. Que tengo que vivir las cosas buenas y malas que se cruzan en mi camino sin pensar en el intento de esconderme bajo el nórdico a la espera de que lo malo pase. A veces no se de dónde saco las fuerzas, pero es que fuerzas para quedarme en casa llorando no me quedan, no quiero vivir así.
Y a veces tengo días como hoy, que acabo comprándome una maleta roja para un supuesto o supuestos viajes que haré este año (ya sea por trabajo o por placer) y acabo en Mercadona haciendo mi compra habitual, con los auriculares puestos y con ganas de bailar por los pasillos…
¿Os imagináis de compras por un supermercado y que de repente veáis pasar a alguien de esa guisa? (auriculares y bailando) pues tenía ganas de hacerlo, no lo haces por no sentirte ridícula, pero hoy es de esos días en los que todo te da igual y te sientes observada, ya sea porque estás de buen humor o tratas de estarlo y te crees que la gente te mira (si no fuera por el toque de atención que le han dado al chico que estaba justo a mi lado por mirar a quien no debía, igual no me doy cuenta de que me miraban jajaja)
En fin, que hay veces, que se sacan fuerzas de donde no las hay y no me preguntéis como, porque no lo se. Yo por si acaso…no sacaré mi gloss del bolso.
Saluditos.
Autosugestión, el poder del gloss.
lunes, febrero 23, 2009Publicado por Emma en 12:13 0 comentarios
Cuando nos ilusionamos con alguien o algo, nos vienen a la cabeza muchos pensamientos. No pronunciamos las palabras en voz alta, pero escuchamos como retumban por dentro.
Y lo hacemos así, por miedo a que esa ilusión se acabe, por miedo a equivocarte, pensando que en voz baja, si sale mal, nadie se habrá dado cuenta y que aún sabiendo que algo va a acabar mal, guardas la esperanza de que si no lo piensas en voz alta, quizás te estés equivocando y callas a la espera, de no provocarte un sufrimiento innecesario. ¿Me equivoco?
Cuando pierdes la ilusión, aparece el frío transitorio y la desestabilidad emocional. Angustias de abandono, como diría Lucía Etxebarría. Te rindes y tiras la toalla, más común.
A veces, nos olvidamos dejarnos llevar y no tratar de controlar o buscar una explicación a lo que acontece, como no se buscan explicaciones a la caída de las hojas o al repentino aguacero de verano que estropea sin avisar una tarde de sol
¿Qué le puedo decir a aquellos que lo sufren? (incluida yo) nada más que sonríe, la vida está llena de ilusiones. Es un ciclo continuo y lo que tiene que ser, es, tal y como es (aunque lo pienses en voz baja).
Publicado por Emma en 00:26 0 comentarios
Dos días ya con el mismo mal sabor de boca. Apenas puedo comer y todo me sabe a lo mismo, a yodo (es mi última visita al dentista por el momento, menos mal)
Entre las pocas ganas de comer y el vaivén de sentimientos que pululan a sus anchas por mi mente y por mi cuerpo, no logro dormir más de dos horas seguidas.
El nudo en el estómago cada vez es más fuerte y no puedo evitar el sentir ese miedo paralizante que se siente cuando uno sabe que se va a reencontrar con el pasado. En unos días volveré a por los últimos pedazos de mi vida en Valladolid y saber que una vez cruce esa puerta, serán muchos los malos recuerdos que vengan a mi mente... me tensa y mucho.
Es pensar en ello y es darle la bienvenida a las migrañas, a que campen a sus anchas y me dejen aturdida para todo el día. Solo espero, que esta vez sea un adiós definitivo y que jamás, jamás tenga que volver a recordarlo.
Publicado por Emma en 22:27 1 comentarios
Tonta soy al creer que por cerrar los ojos, podré manejar el tiempo a mi antojo. Que por mucho que quiera que las horas pasen, no lo harán y que por más horas que pase entre sueños...los días pasarán lentos.
Como tan tonta soy por pensar, que al cerrar los ojos, seré capaz de retener las lágrimas. Por fuerte que apriete los párpados, no conseguiré hacer barrera y por más que intente mantener el control, ya será tarde... la nostalgia ha tocado a mi puerta.
Trato de controlar la angustia y de aflojar el nudo en el estómago, pero si no estás...no me es posible.
A veces es difícil describir lo que se siente, ser capaz de hacer de un sentimiento palabras, pero...si algo sé, es que te echo de menos.
Publicado por Emma en 21:08 1 comentarios