jueves, marzo 05, 2009

No hay un solo día que no piense en ella. Por la mañana, después de comer, por la tarde...da igual el momento, siempre está en mis pensamientos. Siempre está ahí, esperándome.
Sabe que la necesito, aunque no por muchas horas y sabe quererme a su manera. Me mima, me da calor, me cuída, me conoce bien y sólo ella sabe cómo son mis 24 horas. Sabe de mis secretos, de mis delirios, de mis pasiones, de los por qué lloro o por qué río y siempre me escucha en silencio, abrazándome como sólo ella sabe hacerlo.
Alguna vez me he sentido tentada de engañarla, de serla infiel, pero en el fondo sabe que siempre vuelvo, aunque a veces, tenga que compartirme. Cuando me tiene, me domina. Hace de mí lo que quiere y por más que trato de llevarle la contraria, al final me tiene donde quiere, en el centro.
Creo que lo hace a drede y a veces creo que me castiga, porque cuando no estoy sola, de mí se olvida. Pero en el fondo, sabe que pienso en ella tooooooodos los días y que al final del día, me tiene, me arropa y me cuida.

¡¡¡No quiero que suene el despertador, quiero mi camaaaaaaa!!!

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